Podemos tomar el ejemplo del edificio para la nueva sede del Banco Bilbao (1971) del estudio Corrales y Molezún.
En la anterior imagen en planta seccionada podemos apreciar cómo la composición modulada facilita la proyección del volumen y la compartimentación del edificio; así como sirve también como un recurso de economía de pensamiento que facilita el trabajo de los arquitectos de la misma forma como ocurre con la casa cela, y como se ve en esta planta:
Del mismo modo, sucede con el pabellón español para Bruselas (1958) del estudio de ambos.
Aquí, una premeditada modulación en nido de abeja , junto con una estructura sencilla da pié a hechos como el desmontaje y la modificación del pabellón; lo que aporta un componente de versatilidad importante al edificio.
Otra obra de gran interés puede ser el proyecto del pabellón español para Nueva York (1964-1965)
de Corrales, que comparamos con nuestra vivienda por el mismo efecto creado con las terrazas-jardín a diferentes niveles.
En la casa Huarte, (1954) del estudio de los dos, se toca el tema destrucción de la caja y neoplasticismo propugnado por Wright a mediados de siglo.