La casa para José Cela guarda una evidente relación con el neoplasticismo y el tránsito que ejecutó Frank Llord Wright del sistema beaux-arts al experimentalismo.
Para quebrar la metodología existente, era necesario percibir las interferencias que entre arquitectura y construcción se estaban cometiendo y atacar al convecionalismo de arquitectura como “caja”.
Así, se plantea “ la destrucción de la caja”, para lo que era necesario eliminar el punto más fuerte de ella: la esquina.
Justamente, esta casa juega a romper el espacio roto y convencional para hacerlo más continuo y dinámico, propiciando así la comunicación entre los espacios.
Además, toma algunos puntos que ya habían tratado otros arquitectos contemporáneos como Le Corbusier. Se aprecian en fachadas completamente vidriadas que aprovechan las vistas al mediterráneo o las terrazas-jardín; que proporcionan la oportunidad de no eliminar un espacio natural recreando zonas verdes a diferentes niveles del edificio.
